Deadly Life 33: Infinite Possibilities for infinite Despair
- Monokuma
- 13 feb 2021
- 19 Min. de lectura
Actualizado: 19 feb 2021
Sí que han muerto estudiantes hasta estas alturas, ¿eh? ¡Y aún siguen muriendo nuestros lindos rayitos de sol! Dos estudiantes tan amados como Kiyotaka y Rokkenjima fueron tristemente asesinados, ¿Podrán descubrir la verdad detrás de este curioso caso?
· VíctimaS: Kiyotaka Ishimaru & Rokkenjima Mikazuki
· Asesino: Nina Sasaki/AliceBlackthorne
· Truth Bullets:
Monokuma Files:


Cadáver de Kiyotaka:
- Le falta la pierna izquierda, fue quitada post mortem.
Sala de exhibiciones del museo:
- Dentro de la cámara hay una fotografía de una persona con un vestido de tonos oscuros y blancos, la figura que se ve lleva una tela de color negro recubriendo ambos brazos. Se puede distinguir perfectamente que está vistiendo una falda.
La hora a la que fue sacada la fotografía fue 19:14:41:59
- Trampa con láser que está activa, cada vez que se corta el láser (se pasa por encima) el arma dispara. El mecanismo de acción automática funciona de la siguiente manera: la trampa tiene una placa base pequeña, y en ella está programado que cada vez que el láser corte su flujo el gatillo se acciona.
Fue comprada en el Black&White Monofriday.
- Casquillo de 1 bala que está en la puerta.
- La trampa está intacta.
- La puerta de cristal está limpia.
Pruebas visuales:
Almacén del Museo:
- El pomo de la puerta está manchado de sangre.
- Es una sala con muchas obras de arte, algunas rotas, otras deterioradas… Concretamente hay un grupo de 3 estatuas de Herakumales que apuntan al mismo sitio, pero una de ellas está ladeada hacia una posición concreta.
- La tercera estatua de Herakumales está manchada de sangre de una forma muy específica, consiste en una línea que está en el dedo de la estatua, señala a un cuadro de una mujer con paraguas.
Pruebas visuales:


Cuerpo de Rokkenjima:
- Le falta la mano derecha, fue quitada post mortem.
Sala 14 del cine:
- Agujero de bala en el telón de cine que oculta el cuerpo de Rokkenjima
- Casquillo de 1 bala a dos metros del cuerpo de Rokken
- Dos sillones de la primera fila están echados para atrás
Prueba visual:

· Solución:
ㅤㅤACTO 1
El motivo de la semana hizo que Nina Sasaki, Escultora Definitiva, trazase un plan para hacer finalmente realidad su mayor deseo: quería que su hermano mayor Yushio volviese a la vida, ya que era el único que era capaz de querer a la escultora como ella necesitaba.
Diseñó un complejo plan para que funcionase bajo un set de condiciones muy específicas y con un resultado completamente impredecible. Nina tenía todas las piezas necesarias para poner este plan en marcha, esas siendo: víctimas y un cómplice. Su cómplice en este plan sería Alice Blackthorne, a quién había conseguido convencer para que la ayudara a realizar un asesinato que hiciera parecer que Blackthorne estuvo en dos sitios al mismo tiempo. ㅤㅤACTO 2 Nina se reunió con su cómplice unos días antes del comienzo del plan para explicarle el procedimiento a seguir. El plan era el siguiente: Hacer ver que una persona había cometido dos asesinatos en dos sitios diferentes a la misma vez, cada una matando a la persona con la que se encontró más o menos a la misma hora. Con esto acordado, se separaron, cada una con su parte del plan en mente, y comenzaron sus preparaciones. Nina escogió a Ishimaru como su objetivo, pero Blackthorne no escogió a nadie para asesinar como tal, porque ella planeaba traicionar a Nina desde un principio, aprovechando el periodo de impunidad proporcionado por el asesinato de Nina para cometer un asesinato en masa, quitándose la vida al final. La titiritera planeaba salvar a algunas personas en específico, entre ellas Noelle Jenner, motivo por el cual en varios días desde ese momento, Blackthorne se juntaría con Noelle en un lugar apartado. Nina se juntaría con Ishimaru en otro lugar completamente distinto con la excusa de preparar un set de fotografía.
ㅤㅤACTO 2.5 Después de hablar con Blackthorne, Nina se dirigió al Museo, pues era allí donde pretendía terminar con la vida del delegado unos días más adelante, y además era donde había quedado con él. Sin sospechar nada, Ishimaru ayudaría a Nina con toda la buena fe del mundo. Nina inventó una pequeña excusa: juntos, prepararon un set de fotografía en el Museo del Distrito 4 con el propósito de hacer unas fotos a las esculturas del museo. Por supuesto, Nina también posaría. La escultora, aprovechando esta excusa, se encontraría con Ishimaru el viernes en esa misma sala para ‘hacer la sesión de fotos’.
Por otro lado, Blackthorne quedó con Noelle mediante mensajería para ir al cine el mismo día que Nina quedó con Ishimaru, para ver una película juntas y así poder traicionar a Nina y oponerse a su plan.
ㅤㅤACTO 3 En el día acordado para el plan, Nina volvió a citar a Blackthorne, y le enseñó dos pistolas del mismo modelo exactamente que compró durante el Black&White Monofriday, haciéndole entrega de una de ellas. Esa iba a ser el arma del crimen: la misma en ambos casos. Al hacer esto y preparar a su cómplice para que asesinara a una hora específica, Nina se estaba asegurando de crear unas condiciones en las que, si tenía suerte, ambas muertes ocurrirían exactamente al mismo tiempo y el caso sería extremadamente difícil de resolver. Además, le aseguró algo a la marionetista: aunque sus compañeros encontrasen a ambas culpables, no iban a saber a quién votar con seguridad.
ㅤㅤACTO 3.5
Ishimaru, precavido como era, salió de su casa temprano para ir al Museo, concretamente a la sala en la que habían estado preparando la puesta en escena con la propia Nina. Sin embargo, en el camino vio a lo lejos a la propia escultora por lo que, como había quedado con ella, decidió seguirla. Kiyotaka se preguntaba por qué ella había salido tan temprano, ya que quedaba una hora para la acordada y no se dirigía al museo; para sorpresa del delegado, Nina parecía haber quedado con otra persona, una persona que Ishimaru no pudo distinguir bien dado que la altura de Nina ocultaba la figura de esa tercera persona implicada (que resultaba ser Blackthorne), y a juzgar por la actitud de ambas no querían ser ni escuchadas ni vistas. Al delegado, aquella situación le resultó altamente sospechosa, así que decidió fijarse un poco mejor en aquella escena. Fue capaz de distinguir algo: Nina Sasaki llevaba dos armas y que una se la estaba entregando a la otra persona.
Entendiendo que el plan de Nina de quedar con él resultaría ser su muerte, decidió que era su oportunidad para acabar con todo el sufrimiento que llevaba cargando tanto tiempo y que no quería seguir soportando. Ya no le quedaba nada por lo que seguir luchando.
ㅤㅤACTO 4
Como Ishimaru intuía que iba a morir, fue corriendo lo más rápido que pudo al Museo para poder modificar la posición de una de las cámaras; además, intentó poner un temporizador, pero se llevó bastante rato tratando de averiguar cómo se programaba el temporizador de aquella cámara, por lo que a nuestro pobre delegado solo le sobraron diez minutos antes de la llegada de Nina Sasaki. Después de programar el temporizador para que la cámara se activara poco después de la hora acordada, quitó el flash y movió la cámara de sitio para que apuntara directamente hacia la puerta. Su asesina estaba a punto de llegar, debía darse prisa.
Con el poco tiempo que le quedaba escribió una carta de disculpa, de despedida y que a su vez incriminaría directamente a Nina como su asesina. El mensaje sería el siguiente:
“Estimados compañeros,
Primero que todo me gustaría disculparme por como me habéis encontrado… Sí, tal y como estáis sospechando, yo sabía que iba a morir en este día a esta hora. Yo mismo ayudé a mi asesina, Nina Sasaki, para preparar su escena del crimen.
Sé que hay alguien más implicado, pero no pude fijarme bien en quién era, solo vi dos pistolas en las manos de Nina Sasaki antes de salir corriendo para escribir esta carta en el Museo y modificar la escena, concretamente una de las cámaras, para que también os sirva de ayuda.
Imagino que os estáis preguntando por qué lo haría y, siendo sincero, he faltado a la promesa que siempre estuve haciendo… Ya no veo la esperanza, no sé cómo continuar, no sabía cómo seguir viviendo sosteniendo sobre mis hombros más y más muertes de mis compañeros y amigos.
Así que en vez de detener lo que me iba a suceder decidí aprovechar para acabar con este sentimiento que me estaba estrujando el corazón.
De todas formas, espero que podáis leer este mensaje y determinéis fácilmente a las dos asesinas gracias a él.
Lo siento
Kiyotaka Ishimaru.”
Luego se guardaría la carta en uno de los bolsillos.
ㅤㅤACTO 5 Las dos mujeres se prepararon para comenzar a poner su plan en marcha; primero, Nina se disfrazó ocultando su verdadera identidad.
Una vez que estaba lista, se dirigió al Museo, donde había quedado con su “cita” para hacerse las fotografías: Kiyotaka Ishimaru, el cual estaba también preparado... bueno, más bien era la cámara la que estaba preparada. Al llegar a la escena, Nina Sasaki disparó su arma, matando al delegado de un disparo en la cabeza. No obstante, el plan de Ishimaru había sido todo un éxito, y la cámara sacó una foto poco después de su muerte; pero para su desdicha, Nina estaba de espaldas, pues ya estaba saliendo de la escena, y vestía un atuendo parecido al de Blackthorne: un vestido negro y blanco, pero a diferencia de la titiritera, llevaba unos guantes de color negro. ㅤㅤACTO 5.5 Blackthorne salió de su casa y se dirigió al Cine, donde una de sus amigas la esperaba; Noelle Jenner, compañera del Killing Game, e integrante de Wreckers. Sin embargo, ocurrió algo que la marionetista no fue capaz de controlar como ella había previsto. Rokkenjima Mikazuki se había quedado en casa de la marionetista. Fue invitada por la propia Alice Blackthorne después de que Monokuma anunciase el incentivo de la semana. La gótica pretendía proteger a su compañera y verificar su bienestar. Sin embargo, el momento del asesinato de Nina se acercaba, al igual que su encuentro con Noelle Jenner. Alice Blackthorne decidió ofrecer un té a la crítica, un té estaba mezclado con algunos somníferos de efecto leve; cuando Rokkenjima se durmió, la marionetista se despidió de ella dejando una carta de despedida sobre uno de los muebles y salió de su casa. De esta manera, la dejaría fuera del asesinato en masa que planeaba cometer. Sin embargo, debido a la poca eficacia de los somníferos, el sonido de la puerta cerrándose fue más que suficiente para despertar a su huésped.
Rokkenjima, al ver que su compañera había desaparecido, decidió salir a buscarla. Le siguió el rastro hasta el lugar de su encuentro, en secreto. ㅤㅤACTO 6
Blackthorne por su parte había llegado al Cine. Allí, en la oscuridad del lugar, sentada en una de las butacas de la sala 14, aguardaba la persona con la que se había citado; Noelle Jenner. Blackthorne utilizó la oportunidad para hacer tiempo hasta que llegara la hora acordada con su compañera.
ㅤㅤACTO 6.5 Mikazuki, quien había estado siguiendo a Blackthorne, no tardó en darse cuenta de que había algo extraño en esta situación. Siguió a la titiritera por los pasillos del Cine, y cuando la vio entrar en una habitación, se escondió detrás del telón del cine para escuchar la conversación que estaba manteniendo con la novia de alquiler.
ㅤㅤACTO 7 Volvemos a situarnos en la escena del museo.
Una vez que Nina llegó al lugar donde se iba a encontrar con Ishimaru, el muchacho estaba esperándola allí. Ese lugar era el Museo, donde habían preparado el set de fotografía. Todo ocurrió muy rápido.
Para Ishimaru, fue algo inesperado encontrarse a Nina disfrazada, mientras que para Nina, lo inesperado fue encontrarse a Ishimaru… Dispuesto a morir. Así pues, Nina sacó su pistola y disparó a las [19:14:14:14], arrebatándole la vida al Estudiante Delegado Definitivo quien había aceptado su destino, muriendo en el acto. Dejó la escena tal cual, usando la trampa que compró con anterioridad para colocarla en una de las esquinas, junto a la pistola que había usado para matar a Ishimaru y un láser que apuntaba al cuerpo del mismo, haciendo parecer que Ishimaru murió porque la trampa se activó. Ahí, tras el disparo, fue que la cámara de fotos hizo la fotografía de Nina, teniendo la mala fortuna de que no capturaría su rostro al haber sacado la foto un poco más tarde, concretamente a las 19:14:41:59. Ishimaru llevaba la nota incriminatoria encima, pero desgraciadamente… Se perdió parte de la información. Minutos más tarde, Nina volvería a entrar en la escena, esta vez con la intención de despedazar uno de los miembros del delegado; en efecto, la escultora se había llevado la pierna izquierda de Kiyotaka Ishimaru.
ㅤㅤACTO 8
Mientras tanto, en el cine, otra escena completamente distinta se estaba desarrollando. Blackthorne había quedado con Noelle Jenner para ver la película “Kung-Fu Kuma”, así como confesar parte de sus planes con el objetivo de, posiblemente, obtener el apoyo de la americana. Ambas se juntaron en la oscuridad de aquel cine, y comenzaron a conversar con naturalidad. Sin embargo, conforme la conversación avanzaba, Blackthorne comenzó a mostrar ciertos comportamientos bastante extraños (incluso para ella). La marionetista empezó hablando de sus delirios habituales, sí, todo eso de asesinar a estúpidos mortales y demás, nada nuevo; pero esta vez iba en serio: planeaba cometer un asesinato en masa. Noelle enseguida notó que algo no iba bien con su amiga, pues su forma de hablar generaba una disonancia con la habitual, siendo más impetuosa e irascible.
A medida que las luces se iban encendiendo, ambas féminas se darían cuenta de diferentes cosas respecto a la otra. Por un lado, Noelle se percataría del arma que portaba Blackthorne consigo, lo que la puso nerviosa y en alerta dadas las declaraciones previas, lo que además derivó en que dejase de forzar su voz habitual momentáneamente. Ese cambio no pasaría inadvertido para la fémina de porte lúgubre, quien giró su cabeza hacia su interlocutora dándose cuenta de un hecho terrible: la persona con la que se había juntado… no tenía la apariencia de Noelle. Esto sobresaltó a la gótica; ¿a quién le había contado todo esto? ¿Había comprometido sus planes? ¿Se iban a chivar a la prof-? *cof* Estas preguntas golpearon la mente de Blackthorne a toda velocidad, y su cuerpo actuó en respuesta… abalanzándose contra la otra persona presente en la sala 14, cuya identidad ahora era desconocida. Este forcejeo duró un poco, y en mitad de éste… BANG! Un disparo resonó por la sala, perdiéndose en la distancia. ㅤㅤACTO 9 Tras este disparo, Noelle consiguió liberarse del agarre de la titiritera hiriéndola levemente en el proceso, pues sus uñas rasparon la piel de la gótica. Posteriormente escapó, no sin antes, por supuesto, checkear dónde había acabado el disparo, encontrándose una escena horrible, lo suficiente como para hacerla desviar la mirada: Rokkenjima Mikazuki, con un agujero de bala sangrante en mitad del pecho, y exhalando su último aliento a exactamente las 19:14:14:14 . Esta visión le hizo girar la cabeza para encontrarse con Blackthorne, que había salido corriendo. Noelle no comprobó si verdaderamente Rokken estaba muerta. Aparentemente, había dejado todo tal cual, incluso el arma del crimen en el lugar. Noelle decidió correr tras Blackthorne, y la perdió de vista poco después… pero ahora sabía una verdad horrible de la que solo ella era consciente. ㅤㅤACTO 10 Después de terminar sus “negocios” con Ishimaru, Nina fue corriendo al Cine, a comprobar que su cómplice había hecho su trabajo. Lo que se encontró la impresionó, pues no era nada como lo que esperaba… pero le sirvió. Al parecer, Blackthorne había hecho lo que se le pidió. La escultora se acercó hacia el cadáver de Rokkenjima Mikazuki, usó un hacha para extraer la mano derecha de la crítica, tomó la otra pistola (la cual había caído al suelo durante el forcejeo), y huyó de la escena.
Mientras tanto, Blackthorne corrió hacia el Museo tras haber dado esquinazo a Noelle, para ver si Nina ha cometido el asesinato. La marionetista decidió echar un vistazo a la sala en la que supuestamente su compañera iba a cometer el asesinato. En efecto, fue así, Blackthorne pudo vislumbrar el cadáver del delegado a través de la puerta de cristal. Fue entonces cuando decidió hacer una prueba que incriminaría directamente a Nina: se coló en el almacén del museo, manchando el pomo de la puerta en el proceso, cambió la posición de una de las estatuas, y dibujó una línea en uno de los dedos de dicha estatua, una línea que señalaba a un cuadro de una mujer con paraguas, haciendo alusión al parasol de Nina Sasaki. Tras ello, decidió escapar del museo.
· Ejecución:
Ejecución alternativa para: Alice Blackthorne
[ In the Museum of the Despair Queen: Sasaki Nina, Ultimate Sculptress Execution: Executed. ]
Ninoni no niiiiiiii
Ninoni no niiiiiiii
*siente miradas intensas encima suyo*
¿Eh?
*pausa el video del Monorubius*
¡Ah! Si si, es momento de matar a Ninoniiiina Sasaki. Perdón, me distraje.
¡Boooooop!
Monokuma presionó el botón rojo. Poco después el gran helicóptero hizo acto de presencia en la instancia donde se realizaban los juicios. El vehículo desprendió su brazo mecánico y agarró el atril de nuestra no tan querida perpetradora, para luego llevarla por los aires hasta el quinto distrito.
Después de idas y venidas, zarandeos por aquí y zarandeos por allá, el brazo mecánico abrió sus garras de metal y dejó caer el atril de Nina. El gran estadio cambiante la iba a recibir con una nube de polvo a causa de su caída. ¡Pero que no se preocupe! No se trataba de un gas tóxico ni nada por el estilo. Usar el mismo recurso dos veces le quita la diversión… *sonidos de oso triste al que le crecen hongos*.
¡Pero yendo a lo que nos compete! ¿Qué es lo que aguarda a nuestra no tan querida escultora entre tanta oscuridad? Unos reflectores, ¡Varias luces pequeñas! Pero las susodichas no la iluminaban a ella, no. Frente a Nina Sasaki, aparecieron poco a poco las esculturas que ella hizo a lo largo de su carrera y sus años de estudios. Desde las más cotidianas hasta… las más turbias de su alter ego.
Ella reconocía el tipo de iluminación, las barandas que impedían el acercamiento excesivo a las obras, lo reconocía todo. Estaba dentro de un museo.
Nuestra asesina se aproximó a una de las esculturas, precisamente a una de su hermano, ignorando por completo las limitaciones de las sogas. A fin de cuentas eran suyas y podía tocarlas todo lo que quisiera sin dañarlas.
Pero claro, no estaba en una exposición para destacar su talento, estaba en la gran muestra de arte previa a su muerte. Las cosas no iban a ser de color de rosas, ¿Eh? Aquello fue comprobado por la estruendosa voz de un tercero.
“¿¡Tan narcisista eres, que en tus últimos momentos prefieres quedarte embobada por tus propias obras!?”
Ah, si. Era una voz bastante peculiar, que no muchas veces se había oído en los juegos de matanza. Pero si había algo que la distinguía de cualquier multitud…
“GYAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA, ¡Sí que eres patética, colega!”
Era su risa, si.
La habitación finalmente se iluminó, revelando la bizarra figura de Genocider Syo. Sonreía como siempre, tenía los mismos gestos y expresiones corporales, pero había algo diferente. Algo en su aura, en su esencia, en su núcleo. Se podía percibir que su cabeza estaba nublada de pensamientos oscuros, y quizá no era lo mejor descubrir cuales.
“Debo admitirlo, quizá lo habría dejado pasar si se trataba de una escultura de mi príncipe. Pero en lugar de eso has elegido a un ser humano inferior en todos los sentidos.
…
¡Já! Ahora lo entiendo todo, aquí entre artistas que somos, he llegado a la conclusión de que no sabes realmente lo que es la belleza.” ¡Boom! En un abrir y cerrar de ojos, una tijera llegó hasta su mano. “¡Chachán! Te presento mi única herramienta de trabajo. Con ella puedo hacer todo lo que tú haces, ¡Pero mejor! Con más estilo, con más onda, con más sensualidad. Voy a darte una demostración.”
*ZAS*
La tijera fue disparada cual dardo en su dirección. Nina se apartó como acto reflejo, por instinto de preservación. Pero para su sorpresa, el filo del arma no buscaba atinarle a ella, sino… a la frente de la estatua. La fuerza empleada fue justa, perfecta para que la estatua no se rompiera, pero suficiente para empujarla y tirarla de su pedestal. El objeto cayó al suelo y se partió en pedazos. La expresión de Nina se ensombreció, pero Syo le sonrió con cara de niña buena.
“Whoops. Se me cayó la zorra de una basura. ¿O es la basura de una zorra? ¡Da igual! ¡GYAHAHAHA-GYHAHAHAHAHHAH.” Pobrecita, se quedaba sin aire. Sacó otra tijera. “En fin, es momento de jugar a la tigresa y la gacela, a la asesina empoderada y a la víctima mediocre, ¡A la asesina de asesinas asesinando a una asesina! ¡GYAAHAHAHA! Esta es por ti, colega de la cajita, que en paz descanses.”
Nina arqueó una ceja, ¿Le estaba diciendo que le iba a perseguir? Retrocedió un paso, pero la genocida no avanzó.
“¡En sus marcas… list- ¡CORRE COMO EL VIENTO, TIRO AL BLANCO!” Y lanzó la tijera apuntando a la cabeza de la escultora.
Nina no tenía buenos reflejos, así que utilizó su parasol para detener el trayecto del arma blanca. Resultando en que la tijera acabase incrustada ahí. Sasaki no tenía ganas de correr, realmente.
“Acaba con esto de una vez. No quiero andar corriendo y sudar.”
“¿Oho? ¿Acaso crees que pones las reglas aquí? Muy bien… muy bien...”
Lo que en un primer momento era una marcada indiferencia en la cara de la perpetradora, no tardó en transformarse en una cómica expresión de terror cuando la genocida cargó una de las esculturas en brazos.
“¡CORRE COMO EL VIENTO, TIRO AL BLANCO!” Y le lanzó su propia escultura.
La Escultura Definitiva tuvo que empezar a correr, siguiendo las órdenes de Syo para que no siguiera lastimando a sus bebés. La loca no tardó en comenzar su persecución por los pasillos del museo de arte. A medida que avanzaba, doblaba en cada esquina y cruzaba miles de puertas, tenía que esquivar ataques con tijeras y esculturas. Una de ellas, incluso, llegó a atinar en su torso, causando que se cayera al suelo durante varios segundos.
Odiaba, tanto, correr, vaya. Y que Syo siguiese usando sus obras como arma le dolía profundamente, se la podía ver terriblemente irritada.
Entre pasillo y pasillo, puerta y puerta, acabó entrando en una gran sala. Estaba llena de telas blancas que caían desde el techo sin otro propósito más que decoración. Docenas de atriles de madera con lienzos blancos sin pintar, y… un gran bloque de mármol blanco. A unos metros, había una mesa acompañada de dos sillas. Un juego de té junto a dos tazas, una de ellas ya servida con una humeante infusión. En una de las sillas, una figura blanca disfrutaba de una lectura.
Nina arqueó una ceja confundida.
“¿Eh?”
Y la figura en cuestión le devolvió la mirada, una sonrisa tenue esbozó.
“Tenga una buena noche, joven Sasaki. Ha llegado justo a tiempo.”
Antes de siquiera poder plantear cualquier duda, la puerta de entrada se cerró con fuerza. Syo apareció detrás suyo y de un barrido hizo que la escultora cayera de bruces contra el suelo. La genocida usó varias tijeras para inmovilizarle, dos de ellas tristemente se incrustaron en las palmas de sus manos.
“¡Justo a tiempo, vizconde bizcocho!”
Peor parece ser que las dos figuras ignoraron los gritos de la escultora.
“Entonces, ¿Por dónde empezamos?” La genocida miró la gran piedra blanca. “¿Es ahí donde haremos el trabajo?”
“Efectivamente, no será difícil para usted y sus tijeras. Solo necesitamos preparar al modelo.”
“¿Vana… usarme de mod-.” Pero no acabó la pregunta, pues el taco de Syo acabó introduciéndose en su boca, sin hacerle grandes daños, pero impidiéndole hablar. Prácticamente le estaba pisando la cara.
“¡Silencio! Tú no eres una artista, zorra destruye hogares. Deja a los expertos conversar con tranquilidad.”
Kousei ni siquiera observó a la perpetradora, simplemente se mantenía en un estado meditativo.
“Podemos empezar con las serpientes.”
“Oya oya… ¡Usted no le teme al éxito! Solo manténgase alejado de los reptiles, si alguno muerde una porción de su tremenda clavícula descubierta, será un game over.”
[ In the Museum of the Despair Queen: Sasaki Nina, Ultimate Sculptress Execution: Executed. ]
La ejecución de Nina Sasaki fue bastante especial, porque su talento en sí lo era. Ser escultor implica contar con mucho tiempo y paciencia. Cada expresión, cada rasgo y detalle reflejado en una escultura era sumamente importante, pues aportaba al gran cosmos de significado de la pieza final. Es decir, cada detalle contaba, y para eso se necesitaba mucho tiempo de preparación.
No debía ser una ejecución a las voladas, violenta, grotesca, con sangre brotando como canillas o fuentes de una plaza. Debía ser una ejecución bien cuidada a mano de dos artistas. Porque un artista era aquél que dejaba impregnada sus emociones en una obra. Y en ese caso, usarían a Nina como modelo para capturar el dolor que trajo a todos los jugadores del juego de matanza.
Y para tomar la correcta cantidad de referencias, necesitaban situar a la modelo en diferentes escenarios donde pudieran reflejar sus expresiones de dolor.
Desde jaulas con serpientes hasta encontrarse envuelta entre las telas del techo, hicieron de Nina una marioneta sometida a eventos traumáticos. Dentro de la jaula con serpientes, Nina se mantuvo lo más quieta posible para no sufrir mordeduras. Cuando estuvo colgando de las telas, hizo un esfuerzo para no morir ahogada por la falta de aire. También arruinaron su imagen, empezando con un corte catastrófico que le dejó media cabeza rapada. Syo no perdía oportunidad de brindarle cortes superficiales, que poco a poco fueron agravándose con el paso del tiempo. Llegó un punto en que Nina no podía mantenerse de pie por la cantidad de sangre que había perdido. Su piel rozaba la palidez, pero los artistas continuaban con lo suyo. Cada vez que la mente maestra encontraba una expresión digna, le avisaba a Syo, y Syo rápidamente esculpía en los bloques de mármol con las tijeras.
Poco a poco, la sala se empezó a llenar de pequeñas esculturas que reflejaban el dolor de Nina Sasaki. Pero la gran piedra de mármol no había sido tocada todavía.
“Le falta más terror.” Opinaba Kousei.
“¡Ah! Tienes razón, quizá si corto la otra mitad de su pelo se asuste en serio.”
“No creo que sea suficiente.”
“¿Entonces qué es lo que sugieres, huh? ¿Crees que tienes más genio que yo solo porque te comes a tus víctimas? ¡Somos de dos áreas diferentes! Tú te encargas de la gastronomía y yo me encargo de lo visual, por favor y gracias.”
El albino soltó un suspiro.
“No es como si pudiera hacer honor a mi área en este momento, pero sí disfruto más o menos del arte que me rodea, conozco un poco.”
Pero lo peor era que, no importaba cuánto les hablase, Nina era completamente ignorada por sus ejecutores. Era desesperante verlos hablar de ella como si su voz no tuviera peso, justamente teniendo en cuenta cuál era su talento y lo mucho que le gustaba que le halagaran. Por eso, su expresión se volvía cada vez más sombría. La genocida captó esa expresión.
“¡OE! ¿Quién te dijo que puedes mirarnos así, zorra destruye hogares?” Finalmente, aunque la conversación con Kousei no hubiera llegado a tal conclusión, ella se adelantó a los hechos y sacó sus tijeras. De un cliquiti claquiti cortó los mechones que les quedaban a Nina, sin llegar a dejarla calva como cierto parkourista.
No obstante… algo se cayó.
“...” Kousei abrió los párpados ligeramente.
Sasaki ni siquiera gritó, ya estaba muy cansada para ello. Simplemente notó que su audición disminuía y la sangre brotaba por su rostro hasta bajar por su cuello. Desvió la mirada en dirección al suelo y… vio su oreja.
“Whoops. ¡Se me escapó! Pero no es nada importante, ¡Podemos regalársela a Blackthorne como souvenir de este evento!”
“No es eso, nos estamos quedando sin expresiones, joven genocida. Nuestra modelo se está cansando.”
“¡Ah pues! Haberlo dicho antes, si ese es el caso, solo es necesario electrocutarla. Vas a ver cómo se despierta y nos sigue mostrando su dolor.”
“No creo que sea necesario, creo que está en un punto perfecto para darnos la última escultura. Su agotamiento representa el nuestro, la desesperación en la que se ahoga también.”
Sin decir mucho más, Masayuki Kousei se encaminó de regreso a su asiento, tomó su libro y la taza de té de la que estaba bebiendo.
“Adelante, Syo. Haz lo que quieras, pero ya sabes cómo terminar.”
La genocida estalló en carcajadas antes de dirigir la mirada en dirección a Nina.
“¡No te preocupes, Vizconde Bizcocho! Yo me encargo de ahora en más.”
Una miradita para Nina.
“¡Muy bien, zorra zorrezca salida del infierno de los súcubos y las ninfómanas!”
Y un pie encima de su pecho también. Con la escultora sobre el suelo, bajo su completo control, la expresión de Syo ya no se mostraba divertida.
Cada vez volvía más oscura y sombría.
“Me cansé de los juegos, así que te jodiste.”
Sacó las tijeras, las empuñó con fuerza y…
*STAB*
*STAB*
*𝑆𝑇𝐴𝐵𝑇𝑆𝑇𝐴𝐵𝑆𝑇𝐴𝐵𝑆𝑇𝐴𝐵𝑆𝑇𝐴𝐵𝑆𝑇𝐴𝐵𝑆𝑇𝐴𝐵𝑆𝑇𝐴𝐵𝑆𝑇𝐴𝐵𝑇𝑆𝑇𝐴𝐵*
Ah. Pero no, no estaba muerta. ¿Acaso pensaban que la apuñalaría hasta la muerte? No señores. Lo que hizo Syo, fue clavar miles de tijeras alrededor de su cuerpo, formando así lo que parecía ser los sofisticados bordes de un lecho de muerte. Por más que se moviera, no podía escaparse. Las tijeras incrustadas en sus manos y sus tobillos no se lo permitirían, y con las energías que debían quedarle tampoco.
“Así es como realmente se hace arte con las personas, zorra. Tu arte vulgar y barato no conoce la belleza y la verdadera pasión.”
Pero ni siquiera le dejó responderle. Una tijera fugaz atravesó la garganta de la escultora definitiva. La genocida se cruzó de brazos.
“Es una pena que mis cursos de asesinato solo sean de una vez en la vida. ¡Mejor suerte en la próxima, novata de cuarta! ¡A ver si en tu próxima vida eliges como inspiración a un hombre menos feo, GYAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA!”
Poco a poco, lentamente, la vida se fue escapando de las manos de Nina. Intentaba hablar, pero de su garganta solo salían brotes de sangre y sonidos inteligibles.
Alzó a escuchar la voz de la mente maestra.
“Esa expresión.”
“¡A la orden, condecito!”
Otra vez las tijeras se escucharon. Y por suerte, a la asesina solo le quedaron fuerzas para desviar la mirada hacia su costado. Ahí lo vio, una escultura hecha en meros segundos sobre una gran piedra de mármol blanco. Era ella sobre un lecho de tijeras a punto de morir.
Y eso fue lo último que vio.
Vio a su persona reflejada en una obra de arte.
Qué pena resultó ser que la última imagen de su gran existencia, fuese tan pero tan lamentable.
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